--> Diario de un reimplantado Coclear y su implante coclear

miércoles, 1 de marzo de 2023

Érase una vez el futuro

Había una vez un niño llamado Pepito que era sordo. A pesar de su discapacidad, era un niño feliz y siempre estaba acompañado de su perro Carlino, Pumba. Juntos, Pepito y Pumba disfrutaban del mundo a su manera, a través de los ojos y el olfato de Pumba y los gestos y el tacto de Pepito.

Un día, la madre de Pepito leyó en un periódico sobre un nuevo implante llamado Neuralink que podría ayudar a su hijo a recuperar la audición. Después de investigar más sobre esta tecnología, la madre decidió que quería que su hijo pudiera escuchar los sonidos del mundo.

Después de una exitosa operación de implante Neuralink en 2026, Pepito se despertó y por primera vez en su vida, pudo escuchar los sonidos del mundo. Estaba tan emocionado que no podía dejar de reír y llorar al mismo tiempo. Era un mundo completamente nuevo para él.

Lo que más le gustaba a Pepito era la música. Podía escuchar las notas y los acordes de las canciones que antes solo podía sentir a través de las vibraciones. A partir de ese momento, se convirtió en un amante de la música y comenzó a experimentar con diferentes instrumentos.

Con el tiempo, Pepito se convirtió en un músico muy talentoso y comenzó a tocar en conciertos por toda la ciudad. La gente quedaba asombrada al ver a un niño sordo tocar la guitarra y cantar con tanta pasión. Pepito había encontrado su verdadera pasión gracias al implante Neuralink y había demostrado que nada es imposible si uno se lo propone.

Pumba, su perro Carlino, siempre estaba a su lado, moviendo la cola al ritmo de la música y disfrutando de los nuevos sonidos que Pepito podía escuchar gracias a su implante Neuralink. Juntos, formaron un gran equipo y conquistaron el mundo de la música con su talento y su alegría de vivir.



Y así es el futuro: no he escrito una sola linea de este post. Solo le he hecho una petición al chat de Inteligencia Artificial chatGPT: "Escribe un cuento para niños donde el protagonista sea el niño Pepito y su perro carlino Pumba. Has de contar que era sordo y recupera la audición gracias a un implante neuralink que le ponen en 2026. Gracias a eso acaba siendo un prestigioso músico"

Lo sé, es plano y aburrido como él solo, pero todo se andará. Es el inicio de un gran momento tecnológico basado en IA, y tenía que plasmarlo en este blog.

martes, 28 de diciembre de 2021

2022, Neuralink y la nueva era de la comunicación

Terminamos el 2021, un año que pintaba esperanzador y que acaba en nueva ola. 

Personalmente también tenía la esperanza de nuevas noticias sobre Neuralink, pero parece que Elon Musk, una vez más, se retrasa en sus predicciones. 

Por otra parte hemos tenido el anuncio del Metaverso de Zuckerberg, un universo nuevo usando unas gafas de realidad virtual. 

Y dirás ¿y esto qué tiene que ver con la sordera? 
Y diré: Peraaaaaaa 

Hace muchos, muchos años (cuando el mundo era en blanco y negro) nos comunicábamos a distancia a través del teléfono, y había que girar una ruleta de números para marcar (y esto lo digo porque seguro que algun@ de los que lean esto no han conocido esos teléfonos). 

Hará un par de décadas al teléfono le quitaron los cables, le pusieron una antenita, unos botones para marcar y unas facturas astronómicas. Y lo llamaron "móvil". 

Pero ese "móvil" aún era tonto, y se borraban las letras de tanto mandar sms, porque nos dio por contar tontadas a los amigos. 

Así que apareció el móvil listo, o "smartphone", sin teclas, con su gran pantalla táctil, sus arrastres de dedo y sus pinzamientos de zoom. 

Y llegaron en avalancha las "apps" o aplicaciones, y ya ni nos llamamos ni ná, todo textos chorras con emojis repetidos y fotos de postureo (para decir lo bien que vives y la felicidad suprema que te rodea). 

Ya no hace falta que te llame nadie porque todo el mundo sabe de tu vida, o al menos de la ficticia.

El siguiente paso está por llegar, y es la inmersión comunicativa, dirigirte a alguien con tu avatar como pretende Zuckerberg, o a través de un dispositivo cerebral como pretende Elon Musk (y otros varios). 

Y en esa batalla, en ese pique, es donde salimos ganando. 

Porque estamos ante una carrera por ver quién la hace primero, y es una carrera comercial. 

Elon Musk ya anuncia el implante neural en humanos para 2022 cuando consiga la autorización médica correspondiente e incluso otras marcas como Synchron ya la tienen. 

Los implantes neurales nos beneficiarán (entre otros discapacitados) a los sordos y tengo fe en que, gracias a esos intereses comerciales, sea antes de lo que pensábamos.



martes, 1 de diciembre de 2020

2021, Neuralink y el fin de la sordera

Entramos en la recta final de este año de mierda de sobresaltos con los telediarios escupiendo noticias de la vacuna, pintando color esperanza lo que nos viene después de las fiestas navideñas.

Ha sido un 2020 gris, y desgraciadamente negro para muchos. Lo recordaremos con nuestros nietos como el año de la mascarilla, del "resistiré" y del hidrogel. O el de los problemas laborales, el del veto a la sociabilidad o el de tristes pérdidas familiares.

La tecnología nos ha salvado de una incomunicación total, y nos ha permitido teletrabajar y hablar por el "Zoom" de turno sin mascarillas por medio.

Ha sido un año de mucho "¿qué?" de los normoyentes, con dificultades para entenderse en presencia por la mascarilla o en videoconferencia por fallos de calidad técnica. ¿A que jode?

Tampoco ha sido un buen año para el entendimiento de los implantados. Esa ayuda que nos da la lectura labial se nos ha sido tapiada con un trozo de tela y hemos sido más sordos que nunca.

Y dirás "que sí Pepe, pero deja la retórica y vamos al grano, que yo he entrado aquí por el título del post".

Y diré, recordando los viejos tiempos del blog: "peraaaaaaa".

Solo estaba haciendo prolegómenos, como en un buen polvo acontecimiento. Y este lo es.

Iba a cerrar mi primer año sordaca sin escribir un post, por falta de inspiración, de ganas y de novedades.

El covid también se ha llevado este año mucho avance en otras investigaciones, la actividad en el mundo ha ido a trompicones, como una locomotora que ahora se para de golpe, ahora arranca despacio. 

Pero una buena noticia me ha motivado a bocachanclarlo por aquí. Buena noticia no, lo siguiente: Neuralink estará listo en 2021

¿Y qué es eso? Neuralink es un proyecto del magnate Elon Musk (el de los coches eléctricos Tesla), que fue presentado en agosto pasado. La idea es mejorar el cerebro humano con un chip implantado por un robot en la corteza superior del cráneo.

Entre esas mejoras estarán la cura de enfermedades mentales, del parkinson, de la ceguera o la sordera.

Aunque parezca ciencia-ficción ya es una realidad, pero seguramente tardaremos años en ver todo el potencial de esa tecnología. 

Pero no te quedes solo con eso, lo realmente importante es que entramos en una nueva era de "neuroingeniería de consumo". Si te venden que con ese chip vas a escuchar música con calidad espacial, como si estuvieras en medio de un concierto, y sin necesidad de usar auriculares, lo compras. Si lo compras, invierten en I+D de nuevos modelos con más prestaciones, algo que no pasa con nuestros implantes cocleares. Poca cosa ha cambiado en los 11 años que hace que lo llevo. 

En el caso de Neuralink, si sirve para un normoyente, sirve para nosotros. Y con micrófonos externos, fin de la sordera. Magia potagia. Gracias, Elon.

Y dirás, con el "optimismo que te caracteriza": "uf, eso no lo veremos"

Y diré: perdona, pero has de confiar en quien ya lo predijo en 2012, aunque lo llamé Biotis (ver post) y, sorprendentemente, lo clavé (y escribo esto con una ceja levantada, tó chulo).

No amiguetes, esta vez no se trata de ser iluso.

Se trata de tener ilusión.

------------------------------------

Más información sobre Neuralink: 
https://www.expansion.com/economia-digital/innovacion/2020/11/02/5f9c4be6468aeb2e758b4673.html
https://www.socialfuturo.com/actualidad-tecnologica/inteligencia-artificial-conectada-al-cerebro-neuralink/
https://www.xataka.com/medicina-y-salud/neuralink-que-hay-nuevo-cuanto-cierto-cuanto-humo-apuesta-elon-musk-implantes-cerebrales-despeja-x-106


viernes, 30 de agosto de 2019

Día 3880. Quimioterapia

A pesar de la que me cayó hace 10 años y pico, me considero afortunado.

No soy de los de mirar a los de delante, a los que están mejor. Son demasiados como para tenerles envidia, no tendría para todos.

Miro a los que están detrás, con sus razones para clasificarlos como peores. Y estar delante de ellos es ser afortunado.

Afortunado porque hace 10 años y pico, tras una operación de más de diez horas, el genial equipo del doctor Roca-Riba consiguió dejar un hilito de nervio auditivo donde conectar un implante coclear, que, a pesar de funcionarme al 40% de su rendimiento, me permite una vida parecida a las demás.

Afortunado también por quedarme sordo en una era tecnológica donde emails, smartphones, whatsapps y demás son suficientes para defenderme en un universo de normoyentes y seguir en el mundo laboral.

Hace unos meses se complicaron las cosas, culpa del hilito. Conservar algo de nervio tuvo un riesgo: dejar restos del tumor que lo abrazaba. Porque hay abrazos cabrones.

Y al tumor le dio por saltarse el régimen y empezar a engordar. Seguir creciendo suponía volver a operarme. Volver a operarme era no poder volver a conectar el implante. No conectarme el implante suponía entrar en el reino del silencio.

Y seguí siendo afortunado. Hace tiempo vieron que Avastin, un medicamento utilizado para algunos tipos de cáncer, al usarlo en pacientes con Neurofibromatosis 2 (como es mi caso) consiguen que los vasos sanguíneos se olviden de cómo tienen que alimentar a este tipo de tumores (schwannomas) y dejen de crecer. Una maravillosa serendipia, vaya.

El porcentaje de éxito que me prometieron era de un 70%. Si un médico te dice eso hay que añadir por lo menos un 15%. Así que... ¡palante! ¿why not?

Llevo 3 meses metíendome en vena el Bevacizumab (Avastín para los amigos) con pocos daños colaterales (algún día de cansancio, algún dolor de abdomen y poco más).

3 meses con sesiones de quimioterapia cada 15 días, rodeado de personas con verdaderos dramas, de las que decía antes que están detrás. El tuerto en el país de los ciegos. El afortunado.

Esta semana he tenido la resonancia de control de mitad de tratamiento.

Y... no solo ha dejado de crecer, sino que ha disminuido...yipi yay!!!!!

Hace 10 años y pico decidí empezar este blog para cambiar mi desgracia por gracia, e intentar ayudar a quien lo leyera.

Creo que lo conseguí, así que esta vez tenía que hacer lo mismo, para informar y animar a mis colegas de enfermedad NF2 que estén en una situación parecida.

La diosa fortuna me ha dado prórroga y espero que larga.

Necesito seguir oyendo con el implante, aunque sea poco.
Necesito seguir en el mundo laboral, hasta la jubilación.
Incluso necesito seguir oyendo las broncas de mi mujer, o haciendo que las oigo.
Pero hoy día, lo que más necesito, es poder oír a mi nieto decirme "yayo".




lunes, 14 de enero de 2019

Día 3652. Diez es bien.

El diez es un buen número.

Sacar un 10 en un examen te da alas. Si conoces a un chico o una chica 10, vuelas.

Llevar el 10 a la espalda te hace ser el mejor jugador del mundo, mejor que un 7.

Estar en el top ten (10) supone ser de los mejores en algo, incluso ser de los mejores dentro de los peores.

Llevar diez años escribiendo un blog temático, como se dice ahora, es bien.

Diez años publicando mis aventuras y desventuras con este cacharro que me colgaron del orejo hace hoy diez años.

Diez años de esperanza y de ilusión que intenté contagiar para ayudar y que me ayudarán.

Diez años que fueron muy intensos al principio, arropado por una comunidad muy activa de la que saqué buenos amigos. Y que con los años, como todo lo intenso, se fue calmando.

Diez años de risas y lágrimas personales, de dramáticas pérdidas y bonitas llegadas.

Porque así es la vida, del 10 al uno, de lo mejor a lo menos bueno.

Diez años ya es mucho para este blog, pero, aunque no será muy activo, no voy a dejar.

Y no voy a dejar porque de vez en cuando me llega esa inspiración pérdida, y tengo que dejar constancia escrita de ello. Y porque mi tauro ascendente tauro me hace ser cabezón.

Y porque este es mi legado, y aquí quedará para ayudar a aquel que aterrice vía Google, angustiado por su futuro implante.

No será un blog diez, pero es mi blog, el blog de Pepe Sordisas... ParDiez!



* nota para los más friquis: Como reza el título del post, es mi día 3652 de implantado. 365 días año multiplicado por 10 + 2 años bisiestos en medio. Pues eso, clavao!

martes, 23 de octubre de 2018

Día 3569. Esta vida loca.

Llevo unos días trabajando en la agencia con este spot de golf GTI. En la #planta33 me encargo básicamente de programar (que no diseñar) esas piezas de publicidad tan molestas que os saltan al entrar en una web (y no las bloqueéis, que me quitáis el pan, coñe).
Así que si veis publicidad online de Volkswagen, seguramente contendrá trazas de Pepe. Lo siento por los que me tengan alergia.
A lo que vamos, que me lío.
Podréis pensar '¿un sordo trabajando con material audiovisual?' Pues sí, pero por mi rol en el equipo ni siquiera tengo que activar el audio, solo saber que suena, y eso ya me lo dice un pequeño icono de altavoz en el Chrome de turno. Y así he estado manipulando este vídeo cuya carpeta en el servidor se llamaba 'vida loca', otro nombre raro de carpeta de mis compis creativos -pensé-.
Por las imágenes de los patinadores no acababa de entender el mensaje pero ni falta que me hace para meter código, así que yo a lo mío.
Hasta que le envié el video a mi hermana con un 'yo no le pillo la chispa, pero a ver si te gusta', que me respondió con un 'pues la canción del Céspedes le queda de coña'.
¿Céspedes? ¿Comorl? (sonido de aguja rayando el disco) Hostias, la 'vida loca', claro, la última canción que yo hubiera seleccionado para un coche de esta clase.
Así que me conecté el lazo inductivo (la equivalencia a los auriculares de los humanoides oyentes) y la 'oí' (por llamar de alguna forma a lo que recibimos los cocleatas).
Y nada, seguía sin encajarme. Una canción que he oído y karaokeado miles (exagerao) de veces.
Un compañero (cuyo nombre no diré para mantenerlo en el 'economato') me dijo que con el cambio de ritmo queda muy bien.
Ah, pero... ¿hay cambio de ritmo?
En fin, que así llevo ya casi diez años, con esa extraña sensación de que me estoy perdiendo demasiadas cosas.
Y es que, parafraseando a Fito (otro que me pierdo), no sé vivir solo con cuatro sentidos.



https://www.youtube.com/watch?v=kxXkcEZvKIs

miércoles, 14 de febrero de 2018

Día 3318. Barras de bar...

Ramón se sentaba cada mañana en la barra de aquel bar junto a su facultad. El taburete era incómodo y en  el poco espacio que le dejaba la vitrina de las tapas apenas cabía la carpeta universitaria. Las numerosas mesas vacías parecían decirle "qué haces ahí, ven aquí, tonto, que estarás más cómodo".
Y era verdad,  estaba tonto, muy tonto.

Pero es que desde una mesa no vería aquellos ojos, ni aquel pelo, ni aquellos labios.

Irene manejaba la cafetera indiferente a la mirada de los clientes como Ramón, pero a él le daba igual. Sabía que era un sueño imposible, y no quería despertar... hasta que las manecillas de su viejo reloj parecían darle un guantazo como diciendo "¡Que llegas tarde, tortolito!".

Ese curso no lo llevaba bien, demasiadas interferencias en su cabeza le impedían concentrarse en el Derecho, que se estaba convirtiendo en el Torcido.
Debía hacer algo, un paso adelante para saber si sí o si no, si debía seguir soñando o lavarse la cara, espabilar y enderezar sus estudios.
Lo tenía muy difícil. A las chicas de esa edad le gustan chicos más normales. Y Ramón no lo era.
Irene se habría dado cuenta, seguro, del aparatito que llevaba sobre la oreja. Habría deducido que era sordo. Posiblemente ni sabría que ese cacharro era un implante coclear, y si llegara a hablarle, como hacen con esfuerzo extra sus compañeros y compañeras, lo haría deprisa, sin mirarle a la cara para que se apoyara en la lectura labial, riendo unas gracias que él no entendería, y que él contestaría con una falsa sonrisa de impotencia. Nuestra sociedad no está diseñada para los sordos.

Se decidió aquella mañana, tan enfrascado en el guión que debía seguir que ni cayó en la cuenta del día que era, 14 de febrero, San Valentín.

Se subió al incómodo taburete de siempre, le pidió el café con leche que ella le sirvió como cada mañana, es decir acercándoselo sin mirarle mientras mentalmente ya preparaba el siguiente servicio. Al poco rato pidió la cuenta. Ella le dejo el tiquet y siguió su trabajo.

Cuando Irene volvió adonde estaba Ramón para recoger el dinero, él ya no estaba. En la bandejita había dejado las monedas justas... y aquella pequeña rosa.

Las clases se le hicieron eternas, solo pensaba en el ridículo que había hecho, aun con las mejillas enrojecidas. "Por dios, cómo se puede ser tan patético" pensó. Solo quería irse a casa, tumbarse en el sofá, tirarse una manta por encima y sumergirse en la absoluta oscuridad.

Al salir por la puerta principal de la facultad la vio, cruzada de brazos, esperando -dedujo- a su chico.
No tenía más remedio que pasar por su lado, retroceder sería aun más patético que lo de la rosa. Intentó mirar a otro lado, cuando ella le agarró del brazo.

Sorprendido se cruzaron las miradas. 

Ella le habló, despacio, mirándole a la cara y vocalizando.

- Creí que no ibas a salir nunca. Gracias por el detalle de la rosa, me ha encantado.
Intentó responder, pero no le salían las palabras.

- ¿Có-como...? ¿Qué...? ¿Pe-pero...?

Y antes de que pudiera continuar tartamudeando, ella, retirándose el pelo de una oreja, le mostró aquel diminuto aparato electrónico parecido al suyo.

Y colorín, colorado, este cuento ha empezado.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Día 3273. Un año nuevo por la cara

Los que me conocéis un poco sabéis que soy un cachondo, que me cuesta decir tres fases sin soltar alguna "tontá" por en medio. O peor aún, un "pepechiste" del que no sabes si reír o llorar. No sé si es bueno o es malo, lo que sí sé es que venía de serie en mis genes, los Torres de la familia tenemos esa gracia o des-idem corriendo por nuestras venas.

Sin embargo los que os habéis cruzado conmigo pero no me conocéis, si os digo que en este blog me gané el mote de Pepe Sordisas, no entenderéis nada. La razón es simple: mi cara no es el espejo de mi alma. Pensaréis que ese tío con jeta de "esaborío" tiene que tener la gracia donde la espalda pierde su nombre.

A veces pienso que en el reparto de cabezas se confundieron con la mía, que el que las enroscaba en la cadena de crear personas se despistó y se confundió de cuerpo.

Este año nuevo me he propuesto trabajar los músculos faciales. Sí, sí, se puede. ¿No te ha pasado darte cuenta de que llevabas el frujo ceñido cuño frejido ceño fruncido sin motivo? Bueno, pues a mí si.

Lo que haré es intentar que eso no pase, relajar más la frente y de paso evitar arrugas que a mi edad no me convienen.

También tengo que sonreír más. Y no es que no sonría, es que el exterior no se da cuenta de que el interior lo hace. Es como si me pesaran las comisuras de los labios, pero juro que es sin querer, que por dentro muchas veces me descojono mientras por fuera asusto.

Me gustaría, sin importarme, lucir este nuevo año una nueva cara de tonto.

Y lo tengo fácil. Sobre todo porque a finales de marzo me ayudará el nuevo miembro de la familia, que nos va a dejar a todos con la sonrisa permanente.

Que tengáis un bonito 2018.

Yo pienso tenerlo.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Día 3153. Evita

Y dirás: ¿La Evita persona que pide que no lloren por ella en Argentina?
Y diré: ¡No! La tercera persona del singular del verbo evitar.

Porque a estas alturas, con 3153 días de experiencia coclear a mis espaldas (o más bien a mis orejos) hay muchas situaciones que, si eres del gremio sordil, te aconsejaría evitar.

Por ejemplo, evita los espacios llenos de gente, a no ser que haya música y esté bien alta. Te servirá de excusa perfecta y para que el resto se den cuenta de que ni ellos consiguen entenderse. Incluso gracias a la lectura labial, igual eres tú el que mejor se comunica.

Evita
 ponerte al lado de los altavoces, a no ser que lo que quieras no sea hablar con los demás sino evadirte de ellos.

Evita, si puedes y te dejan, aquellas reuniones que duran mucho, se habla demasiado y se concreta poco. Lo ideal es que alguien te explique el resultado final que normalmente se resume en tres frases.

Evita a aquellos personajes graciosos que te hablan sin mirarte (porque se gustan más ellos mismos) y se autocarcajean de sus propios chistes. Si no son capaces de darse cuenta de que no los entiendes,  no te harán ninguna gracia, valga la repugnancia.

Evita empezar diálogos en lugares comprometidos en los que tienes muchas posibilidades de no entender la respuesta, bien sea por poca predisposición de las otras personas o por ruido de fondo como transportes públicos. Si de verdad tienen ganas de hablarte, la empezarán ellos y pondrán de su parte.

Evita colarte en medio de conversaciones que no tienes muy claro de qué van, así esquivarás el ridículo y una situación embarazosa para los demás. Basta un pequeño truco del tipo "¿habláis de esto, verdad?" para salir airoso.

En resumen, evita sufrimientos pero no dejes de integrarte. Siempre habrá alguien que te pueda ayudar. No evites acercarte a ellos y, si a pesar de la buena voluntad el entorno no es el apropiado, tómatelo como un entrenamiento.






domingo, 9 de abril de 2017

Día 3007. La bicicleta

Este no es el post que venía ahora y además llega con una semana de retraso.
Y dirás: ¿Y qué tenía que venir?
Y diré: pues el post 3000, un post que debía ser chulo, como los otros "miles", y arrancar esa emoción escondida, como he intentado tantas veces (dime cabrón).
Y dirás: ¿Y qué ha pasado?
Y diré: Pues que han fallado "ellas", las que solo vienen en determinadas circunstancias personales, aunque a veces se presenten sin avisar: Las musas. Llevo más de 4 meses dando vueltas a una idea que no acababa de ligar, como ese guiso en que no mezclan bien los sabores, como ese puzzle en el que no encuentras piezas, como ese...
Y dirás: Vale, vale, no te rayes... pero entonces esto ¿qué cjns es?
Y diré: Pues es un post forzado.
Y dirás: Okey, como cuando estás extreñido, pero ¿por qué?
Y diré: Pues porque los comentarios del post anterior llegan a 300, lo que dificulta la lectura a esos comentakas que a diario pasan por aquí (no como el jefe, que coincide en mi persona, mira tú)
Y dirás: ¿Y el título? ¿Van a salir la Shakira y el Vives?
Y diré: Sí, y Lola Flores (no te jode). La bicicleta es porque el hecho (como la planta) de que esta nave funcione sola, sin mi ayuda, me recuerda a una anécdota que tengo de niño.
Y dirás: Y me temo que la vas a contar, ¿no?
Y diré: Pues sí, porque es mi blog y escribo lo que quiero. Aquí va: Me recuerda a cuando mi padre me enseñó a ir en bicicleta, sin ruedines. Se puso él detrás, aguantando la bici, mientras yo empezaba a pedalear. Y pedaleé, pedaleé, sin darme cuenta de que mi padre ya no me aguantaba. Eso sí, cuando me giré y vi que no estaba me pegué un hostión.
Y dirás: Muy bien, muy bonito, pero ¿cuando vendrá el post 3000 ese que debía venir?
Y pensaré que me están cansando tus preguntas, pero te diré que vendrá algún día antes del 4000 (espero). Mientras, para no bloquear los comentarios, iré poniendo post chorras como este, al estilo de aquellos que llenaron mis primeros 1000 días de sordera.
Y así os podréis seguir ayudando en ese mundo semioculto que son los comentarios, solo con este leve empujoncito, como yo con la bicicleta.
Eso sí, mirad siempre p'alante.